martes, 9 de mayo de 2017

La lavadora.

Con las vueltas que da la vida
he engendrado la costumbre
de mirar la lavadora y ver mi útero:
un tambor que pocas veces golpea
pero que siempre gira y gira.

(Así es como debió de encoger el mar:
con el traqueteo reiterado del monstruo acuático).

Hay un espacio metálico en todos los lugares
donde guardo las cosas que me quedan
es exacto al sitio en el que desembocan los llantos en Sudán
los ríos de sudor de las madres
algunos trapos sucios
todas las personas que me hubiese gustado que fuesen
centrifugado en tu gracia, en mi estómago, en las diatribas
y que no fueron nada.