lunes, 13 de noviembre de 2017

Otra enfermedad crónica.

La otra noche quise salir de aquí
mis brazos lo saben, he tenido que cortarme
las uñas.

Escribo esto porque no estoy bien
mitad nota de socorro
mitad canción de ayuda.

Lo que me pasa ya me pasó antes
y tengo la horrible sensación
de no haber aprendido nada

y sin embargo, la horrible sensación
de que lo que me atormenta ahora
me atormenta el doble.

Tengo la horrible sensación
de que el sitio de mis primeras pesadillas
era el lugar más terrible en el que jamás
hubiese querido estar, pero ya estaba
sólo tenía que cerrar los ojos

y sin embargo, la horrible sensación
de que para escapar ahora
sólo puedo cerrar los ojos.

Tengo la horrible sensación de que la persona que conseguí ser
donaba serotonina en los bares a personas que hoy sujetan flores
con un mazacote marmoreo de por medio.

Tengo la horrible sensación de ser
cero positiva y haberme contagiado
en la más profunda intimidad.

Tengo la horrible sensación de que para ser capaz vomitaré
cuatro meses seguidos, y dejaré de hacerlo
por error

un error mucho mejor
muchísimo mejor que este
porque para algo estudié publicidad.

Y escribo esto porque estoy en un autobús
un domingo de vuelta, a las seis de la tarde
aunque ya es de noche, y este momento es lo que siento
esta es la horrible sensación que tuve, que siempre tengo
y que ahora sé que de una manera u otra
va a acompañarme el resto de mi vida.