martes, 30 de enero de 2018

síndrome de la indefensión aprendida.

cuidar es una tarea compleja, soy consciente.

con suma delicadeza levanto la brisa floreada de la sábana nueva
la rabia relegada a fregar los sanitarios (que siempre recupero níveos).

perdonar es una tarea compleja, soy consciente.

perdoné tu silencio infinito.
perdoné el egoísmo tosco enfrente de mí, el antiespejo.
perdoné un mal día, un mal mes, una mala relación en favor
del sol mañana, del acuerdo en el que volqué mi estar tranquila.

querer es, sin duda, una tarea difícil.

pero yo la realizo, satisfactoriamente
te acaricio la mejilla en la siesta que no duermo
pienso poemas en los que podamos salir indemnes.

y si me dieras la oportunidad
te contaría que estoy fingiendo
porque sé que la complejidad
la necesidad de explicarse
la búsqueda de razones
el esfuerzo
es siempre la mentira

porque en el bofetón de la sábana limpia encuentro mi dolor más profundo
y en la bañera blanca la tentación hacia el asesinato prematuro
del hijo que no espero.

y si me dieses una oportunidad pequeña
si me cuidases, me quisieses - aunque fuese un poquito
yo podría confesar que no puedo perdonarte

el batallón de noches en los que me aterrorizó la casa
ordenada, limpia, espacio vacío, fría, fantasmagórica
sola

sola
sola
sola

sola sin cuidarme, sin quererme

pero soy consciente de que son tareas tremendas,

y por eso, quizá sólo por eso
-y si algún día me dieras esa oportunidad pequeñita
de la que ahora no conozco más que el hueco-

yo sí me perdonaría.



viernes, 26 de enero de 2018

bronquitis

quedaron las cáscaras
de habernos mirado a los ojos
y no el rencor por olvidar el hambre que padecimos
ni cuando la esperanza fue nicho en el pecho

-que durante tantos años habitamos, cada uno
en el pecho del otro-.

quedó el comentar con los nuevos habitantes
los caminos torcidos que sabíamos que llegaban,
sentarnos cansados sobre la noche a admirar la salud

todos los sentidos
todos lo que vorazmente me trepanó
todas las tardes inconclusas de intentar
con la cabeza fuerte que volvieras
fueron hacia ninguna parte

allí construí una casa
eché lejía sobre ti
y desapareció en círculos mi deseo más básico
hasta dejar una mancha incolora que anuncia
limpieza donde antes hubo verdad


allí vivo, allí recibo visitas, allí maldigo de vez en cuando
y allí recuerdo 

que quedaron las cáscaras
y de alguna manera los ojos
y de otra ciertos caminos

y no el rencor, no la esperanza, no el pecho ajeno
desde el que por más que lo quisimos
nunca pudimos respirar.

domingo, 14 de enero de 2018

Las mierdas que escribo cuando tengo que estudiar.

Para A el amor es
a ver, piensa el mejor lugar que puedas imaginar.
Pues estuve.

Para B el amor es lo segundo.

Para C el amor es la corteza, la cáscara, el cristal.

Para D el amor es el sabor de la abeja
(con todo lo que eso implica).

Para E el amor son mis esfuerzos invisibles
porque me vea.

Para F el amor es lo que podría haber sido
de haber nacido mil días antes.

Para G el amor es la cosquilla
y a mí no me gustan las cosquillas.

Para H el amor es ¡muda!

Para I el amor es cambiar de piel
porque ella lo dijo
sin pronunciarse.

Para J el amor es cuando alguien te hace gracia
y te ríes.

Para K el amor es moderno, es poli, es libre, es punk
vamos, supongo que es propio.

Para L el amor es el árbol amarillo, el parque de luciérnagas
lo que al acabarse pudimos conservar;
lo que fue tan nuestro que se hizo
para siempre de cada uno.

Para M el amor es el gorrito de bufón.

Para N el amor es la cojera
y cogerse de la mano.

Para Ñ el amor épico, mitológico, tremeabundo
y no: prefiere loquesea estar agusto en silencio
loquesea poder contarte que tiene miedo.

Para O el amor es completar
todo: un sueño, una tarde, el histrionismo
una bici, la patria, las manías.

Para P el amor es perdonar.
Gracias.

Para Q el amor es ¡chas!
y estar a tu lado
y el subidón de la sustancia que sabe a chocolate.

Para R el amor es un recuerdo
-borroso, deforme, tal vez inventado-
una tristeza crónica que quien no amó no entiende
que no es algo malo.

Para S el amor es la columna enferma
que nos mantiene en pie.

Para T el amor es un martillo
que da justo en el clavo
que clavó Pablito.

Para U el amor es el huequito, el espacio, el
puedes quedarte, los dos cabemos
Para V el amor era eso, hasta que
pasó el tiempo.

Para W el amor es darse cuenta
de que no son las canciones de Sabina;
que la resaca no es poética, que al lunes quieres
que vuelva la paz cálida en la cocina.

Para X el amor es ¿qué te crees que voy a decir?
¿el eje, el interrogante, el rechazo, el cambiarruedas del coche?
pues no tienes ni idea.

Para Y el amor es Grecia
Danone, Ariel detergente, lo blanquito
el cielo donde viven los dioses ateos.

Para Z el amor es sueño...
y los sueños, sueños son.